En las provincias de Segovia, Ávila y Valladolid, un tesoro se esconde entre la Tierra de Pinares y la Sierra de Gredos. Allí, un bosque de 400.000 hectáreas de pinos resinosos se extiende hacia las montañas, un destino popular para locales y turistas. Y si lo visitas en la época adecuada, podrás presenciar la tradición centenaria de recolectar el " oro líquido " del pino.
Un mercado en auge
La resina de pino ha sido utilizada por distintas civilizaciones durante miles de años. En España y el Mediterráneo, se usó para impermeabilizar barcos, tratar quemaduras y encender antorchas. Sin embargo, no fue hasta los siglos XIX y XX que su extracción se volvió realmente rentable.
La industrialización y la tecnología permitieron convertir la savia espesa en plásticos, barnices, colas, neumáticos, caucho e incluso aditivos alimentarios. Esto llevó a un auge en la extracción de resina de pino, especialmente en Castilla y León, la región con más fabricantes de resina de Europa.
De la "muerte" a la vida
El proceso tradicional de extracción de resina, conocido como " sangrado " del árbol, era muy agresivo y podía afectar negativamente al pino. Sin embargo, en las últimas décadas se han implementado métodos más sostenibles que minimizan el daño al árbol.
Hoy en día, los extractores utilizan herramientas especializadas para hacer incisiones en la corteza del pino, permitiendo que la resina fluya hacia los recipientes colocados a su alrededor. La práctica se ha convertido en un arte que se transmite de generación en generación.
Orgullo local
La resina de pino ha sido un sustento económico para las comunidades rurales de Castilla y León, donde muchas familias tienen un legado ligado a esta industria. La región representa más del 90% de la producción nacional de resina.
A pesar de una disminución en la demanda durante la década de 1990, la industria de la resina ha experimentado un renacimiento. La resina de pino está volviendo a ser un motor económico para las áreas rurales, ofreciendo oportunidades laborales y alternativas a la despoblación.
¿Una alternativa ecológica al petróleo?
Expertos creen que la resina de pino podría ser una alternativa viable al petróleo. La resina se puede utilizar para producir una amplia gama de productos, incluyendo plásticos, barnices, pegamentos, neumáticos y otros materiales.
La resina, al ser un recurso renovable, ofrece una solución sostenible a la dependencia del petróleo. Además, la resina de pino es biodegradable, lo que la convierte en una opción más ecológica.
Retorno rural
La industria de la resina está atrayendo a jóvenes a volver a las áreas rurales, donde la despoblación ha sido un problema constante. La oportunidad de trabajar al aire libre, en contacto con la naturaleza, y contribuir a la sostenibilidad ambiental, es un atractivo para muchos.
Castilla y León, una región con una rica historia de producción de resina, está trabajando para promover el ecoturismo y el desarrollo rural sostenible. La zona rica en resina del Valle del Tiétar se ha postulado para convertirse en Reserva de la Biosfera.
Autonomía en el trabajo y turismo
Para garantizar la preservación de los bosques y el futuro de la industria de la resina, se busca dar mayor control a los extractores, permitiéndoles administrar su propio territorio.
El turismo ecológico está surgiendo como una fuente adicional de ingresos para las comunidades rurales. Los visitantes pueden explorar los bosques de pinos resinosos, aprender sobre la extracción de resina y disfrutar de la belleza natural de la región.
La resina de pino, un tesoro ancestral con un futuro prometedor, representa una oportunidad para el desarrollo rural sostenible, la protección del medio ambiente y la recuperación de una tradición centenaria.
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