El aliso, conocido científicamente como Alnus glutinosay en gallego como amieiro, ameneiro o abeneiro, es un árbol de origen euroasiático que se destaca por su presencia en las orillas de los ríos, formando galerías fluviales de gran belleza. También se desarrolla en zonas húmedas como las brañas y ciénagas.
Este árbol de hoja caduca pertenece a la familia de las Betuláceas, la misma familia que los sauces o salgueiros y los abedules o biduerios. Estos tres árboles son una constante en las riberas de los ríos, creando paisajes naturales de gran atractivo.
Características del Aliso
El aliso es fácilmente reconocible por sus hojas redondeadas, de color verde oscuro por el haz y más claras por el envés. Estas hojas permanecen verdes hasta su caída en otoño. Las hojas más jóvenes son pegajosas, debido a la presencia de resinas, de ahí el nombre científico glutinosa.
El aliso florece antes de que aparezcan las hojas. Sus flores masculinas se presentan en racimos cilíndricos y colgantes, llamados amentos, de color rojizo. Los amentos femeninos, más pequeños y marrones, al madurar se transforman en un fruto leñoso y ovoide, similar a una piñita de color pardo oscuro. Las semillas, pequeñas y aladas, se dispersan por el viento.
Las numerosas raíces del aliso le permiten resistir las riadas, lo que lo convierte en un árbol importante para la estabilidad de las riberas.
Usos Tradicionales del Aliso
La madera del aliso es resistente, ligera y fácil de trabajar. Además, se conserva bien sumergida en el agua, por lo que se ha utilizado tradicionalmente para construir palafitos y postes bajo el agua.
El ingeniero y arquitecto romano Marco Vitruvio, en el siglo I a.C., mencionó el uso de la madera de aliso en la construcción de calzadas a través de las marismas de Rávena. También se utilizaba para construir los cimientos de las casas antiguas en Venecia.
La madera del aliso tiene un color claro, pero se vuelve rojiza una vez cortada, lo que la hace ideal para imitar la caoba. Se ha utilizado para ahumar alimentos y producir carbón vegetal de excelente calidad. También se empleaba para la fabricación de zuecos.
La cáscara del aliso, rica en taninos, se utilizaba en la industria de los curtidos y para teñir tejidos. También se obtenía un aceite repelente de mosquitos a partir de la cáscara.
En la medicina tradicional, las hojas de aliso se empleaban para aliviar dolores de cabeza y como astringente. La cáscara hervida se utilizaba para hacer gárgaras contra la faringitis.
Usos Modernos del Aliso
En la actualidad, la madera del aliso se utiliza para la fabricación de juguetes, palos de escobas y otras herramientas. Las hojas de aliso también tienen propiedades analgésicas, por lo que se recomienda para aliviar dolores en los pies después de largas caminatas.
Las propiedades medicinales del aliso se están rey se investigan sus potenciales beneficios para la salud.
El Abedul: Un Árbol de la Misma Familia
El abedul, en gallego bidueiro o bidueira y científicamente Betula pubescenso alba, es otro árbol de la familia de las Betuláceas que se encuentra en las riberas de los ríos, junto al aliso y el sauce.
El nombre abedul parece derivar del céltico betu, que significa “resina”, y de pubescens, “peloso”, por la pilosidad en el envés de sus hojas. Antiguamente se extraía resina del abedul para preparar una especie de betún.
El abedul se caracteriza por su corteza de color ceniciento o blanquecina, con fisuras negras. Sus ramas flexibles se utilizaban antiguamente para infligir castigos.
Las hojas del abedul son romboidales, con el borde aserrado. Las flores masculinas y femeninas se presentan en amentos colgantes en el mismo pie de planta. El polen del abedul es un alérgeno común.
El abedul produce un fruto en forma de nuez con dos alas membranosas, que madura en verano.
Usos del Abedul
La corteza fina y casi transparente del abedul se utilizaba para fabricar un tipo de pergamino. Su madera se emplea en ebanistería, cestería y para fabricar mangos de herramientas. Los arados romanos y otros aperos de labranza se fabricaban con madera de abedul.
La madera, corteza, savia y hojas del abedul tienen usos medicinales. Su aceite esencial se utiliza para combatir la celulitis. La savia del abedul, obtenida haciendo incisiones en el tronco, es un remedio para las inflamaciones renales y de vejiga, afecciones de la piel y como antiséptico para curar llagas bucales.
La corteza del abedul tiene efectos diuréticos.
El Abedul en la Cultura Popular
En la poesía y el cancionero popular gallego se hace referencia al abedul, como en versos como “Miña nai quere unha zocas, branquiñas de abidueira, mándemas vir de Villaba, daquelas que hai de chinela” o “¡que branca é a abidueira!, ¡cara ó ceo anda a soñar! ¡feita zoca, anque non queira, moita lama há de tripar!”.
El abedul, con su colorido otoñal y el movimiento de sus hojas, es un árbol que inspira a los poetas y artistas.
El aliso y el abedul son dos árboles de la familia de las Betuláceas que se encuentran con frecuencia en las riberas de los ríos, formando galerías fluviales. Ambos árboles tienen una larga historia de usos, desde la construcción hasta la medicina tradicional.
Estos árboles son un componente importante de los ecosistemas de ribera, ofreciendo refugio y alimento a la fauna, y contribuyendo a la estabilidad de las orillas.
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