La deforestación en Perú es un problema de larga data que amenaza la biodiversidad, el clima y el bienestar de las comunidades indígenas. En 2022, la región Amazonas registró un preocupante repunte en la pérdida de cobertura boscosa, con casi 6 000 hectáreas deforestadas, principalmente en territorios de comunidades nativas. Este incremento se suma a la cifra récord de deforestación alcanzada en 2020, durante la pandemia del COVID-1
La deforestación en la región Amazonas se ha visto impulsada por una combinación de factores, entre los que se encuentran:
- El narcotráfico: Los cultivos ilícitos de coca son una de las principales causas de la deforestación, ya que se necesitan grandes extensiones de tierra para su producción.
- La tala ilegal: La extracción de madera sin control y la explotación de especies forestales protegidas también son factores importantes.
- La minería ilegal: La extracción de oro sin permisos y sin medidas ambientales adecuadas causa una gran degradación de los ecosistemas.
El estudio realizado por Oxfam Perú, la ONG Paz y Esperanza y la Unión Europea reveló que las comunidades nativas tituladas fueron las más afectadas por la deforestación en 2022, con 3 183 hectáreas de bosques destruidos. Las comunidades de Chamikar, Tuyankuwas, Shawit, Villa Gonzalo, Yujagkim, Wawik, Belén, Kashap, Cusu Pagata y Alto Pajakus fueron las que registraron mayor pérdida de cobertura forestal.
Las consecuencias de la deforestación en la Amazonía peruana son graves:
- Pérdida de biodiversidad: La Amazonía es uno de los ecosistemas más biodiversos del planeta, y la deforestación amenaza la supervivencia de miles de especies de plantas y animales.
- Cambio climático: Los bosques absorben grandes cantidades de dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero. La deforestación libera este carbono a la atmósfera, contribuyendo al calentamiento global.
- Pérdida de servicios ecosistémicos: Los bosques regulan el clima, el ciclo del agua y la calidad del aire. La deforestación degrada estos servicios y pone en riesgo la seguridad alimentaria y hídrica de la población.
- Conflictos sociales: La deforestación genera disputas por la tierra y los recursos naturales, lo que puede llevar a enfrentamientos entre comunidades indígenas, agricultores y empresas.
La situación en la región San Martín también es preocupante. En 2022, se registraron 14 329 hectáreas deforestadas, principalmente en concesiones forestales inactivas, concesiones forestales activas y concesiones para conservación. Las comunidades nativas también fueron afectadas por la tala indiscriminada.
El panorama a futuro es desalentador. El Programa Bosques reportó 63 960 alertas tempranas de deforestación durante los tres primeros meses de 2023, lo que equivale a aproximadamente 5 756 hectáreas deforestadas a nivel nacional. La inflación y el alto costo de vida podrían agravar la situación, ya que muchas familias podrían recurrir a la explotación de los bosques para obtener ingresos.
Es necesario tomar medidas urgentes para frenar la deforestación en Perú. Se requiere:
- Un mayor control y vigilancia de las actividades ilícitas que causan la deforestación.
- Promover la reforestación y la restauración de los ecosistemas degradados.
- Fortalecer la participación de las comunidades indígenas en la gestión de los bosques.
- Implementar políticas públicas que fomenten el desarrollo sostenible y la conservación de los bosques.
La deforestación en Perú es un problema complejo que requiere soluciones integrales. Es fundamental que el gobierno, las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado trabajen juntos para proteger los bosques y asegurar un futuro sostenible para todos.
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