Arbolado en plaza de mayo: un viaje a través de la historia

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La Plaza de Mayo, testigo de momentos históricos cruciales para Argentina, también ha experimentado transformaciones en su arbolado. Desde su fundación en 1580, la plaza ha albergado diferentes especies, reflejando la evolución de la ciudad y sus prioridades. Un recorrido por las diferentes etapas del arbolado en Plaza de Mayo nos revela un crisol de historias, desde la época colonial hasta la actualidad.

Índice
  1. De la Plaza Mayor a la Plaza de Mayo: Una Evolución Constante
  2. Carlos Thays y la Plantación de Plátanos
  3. Arbolado Emblemático: Jacarandás, Palmeras Canarias y el Olivo del Papa Francisco
  4. Un Proyecto de Recuperación del Diseño Original
  5. El Arbolado de Plaza de Mayo: Un Reflejo de la Historia Urbana

De la Plaza Mayor a la Plaza de Mayo: Una Evolución Constante

En sus inicios, la Plaza Mayor, como se la conocía entonces, era un espacio abierto destinado a múltiples usos, desde mercado hasta plaza de armas. El arbolado no era una prioridad, y la plaza se caracterizaba por su amplitud. A lo largo del siglo XIX, la plaza comenzó a adquirir una identidad más definida, con la incorporación de árboles que le otorgaron un carácter más urbano.

En 1856, bajo la dirección del pintor y arquitecto Prilidiano Pueyrredón, se diseñó un proyecto que incluyó la plantación de 300 paraísos (Melia azedarach) alrededor de la plaza. Este proyecto marcó el inicio de una transformación hacia una estética más definida, con un perímetro arbolado que le otorgaba un carácter más agradable.

Dos décadas más tarde, bajo la gestión de Marcelo Torcuato de Alvear, se emprendió una nueva remodelación. En 1884, se eliminaron los paraísos y se introdujeron palmeras pindó. La Plaza Mayor y la Plaza del Fuerte se unieron bajo la denominación única de Plaza de Mayo.

Carlos Thays y la Plantación de Plátanos

En 1894, el paisajista francés Carlos Thays, reconocido por su obra en la transformación de la ciudad de Buenos Aires, diseñó el eje cívico que une la Casa Rosada con el Congreso, atravesando la Plaza de Mayo. Para este proyecto, Thays reemplazó las palmeras pindó por plátanos, creando una alineación imponente a lo largo del perímetro de la plaza.

La visión de Thays se basó en la creación de un espacio verde que armonizara con la arquitectura circundante y que ofreciera un ambiente agradable a los ciudadanos. Las plantaciones de plátanos se convirtieron en un elemento característico de la plaza, aportando sombra y belleza.

Arbolado Emblemático: Jacarandás, Palmeras Canarias y el Olivo del Papa Francisco

A lo largo de las décadas, el arbolado de la Plaza de Mayo ha ido evolucionando, con la incorporación de nuevas especies que han añadido diversidad al paisaje. En las décadas de 1950, los jacarandás hicieron su aparición, flanqueando las entradas de cada esquina. Estos árboles con sus flores lilas, dan un toque especial a la plaza en la época de la primavera.

Las palmeras canarias (Phoenix canariensis), que se encuentran en la plaza desde principios del siglo XX, han sido testigos de la historia de Buenos Aires. Estos ejemplares, junto al olivo del Papa Francisco, forman parte del registro de árboles notables e históricos de la ciudad.

El olivo del Papa Francisco, plantado en 2000, representa un símbolo de paz y esperanza. Este ejemplar, junto a las palmeras canarias, son una muestra de la diversidad del arbolado de la plaza, un espacio que ha sido testigo de la historia de la ciudad y que continúa siendo un lugar de encuentro para los porteños.

Un Proyecto de Recuperación del Diseño Original

En 2018, se llevó a cabo un proyecto de reforma en Plaza de Mayo con el objetivo de recuperar el espíritu del diseño original de Carlos Thays, restaurando el trazado y mejorando la accesibilidad. Este proyecto ha permitido revitalizar el espacio, conservando el valor histórico del arbolado de la plaza.

El Arbolado de Plaza de Mayo: Un Reflejo de la Historia Urbana

El arbolado de la Plaza de Mayo es un fiel reflejo de la historia de la ciudad. Desde los paraísos del siglo XIX hasta los plátanos de Thays, pasando por las palmeras canarias y el olivo del Papa Francisco, cada especie cuenta una historia. Cada árbol es un testimonio de las transformaciones que ha experimentado la ciudad, y su presencia aporta un valor histórico y estético a la Plaza de Mayo, un espacio emblemático de Buenos Aires.

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