El árbol de los logros: una herramienta para fortalecer la autoestima

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Para que un árbol crezca fuerte y sano, para que florezca y dé buenos y sabrosos frutos, es necesario que sus raíces estén bien arraigadas en la tierra, bien sujetas al suelo. Al igual que el árbol, las personas necesitamos tener una buena base, unos firmes principios que guíen nuestras vidas y unas cualidades que nos permitan crecer, florecer en la vida superando retos. Alcanzando logros que nos permiten superarnos, aprender, ser personas con una identidad única sostenida por firmes motivaciones y valores.

Índice
  1. Qué es el árbol de los logros
  2. Árbol de los logros: cualidades
    1. Cuento metafórico, el árbol que no sabía quién era
  3. ¿El árbol de los logros es un buen ejercicio/dinámica para mejorar la autoestima?
  4. El árbol de los logros en coaching
  5. El árbol del autoestima: conclusiones

Qué es el árbol de los logros

El árbol de los logros es una dinámica muy sencilla que permite poner conciencia sobre las cualidades y valores de la persona y los logros alcanzados en su vida.

Se trata de elaborar una primera lista en la que se enumeran las cualidades y valores más importantes y prioritarios. En una segunda lista se enumeran los logros conseguidos, los retos superados, los hitos alcanzados por la persona que le hagan sentir orgullosa.

Una vez confeccionadas ambas listas, se procede a dibujar en un papel en blanco un árbol: desde las raíces que quedan por debajo de la tierra, pasando por el tronco, las ramas, hasta los frutos.

En cada una de las raíces se van colocando las cualidades y valores; las que consideremos más pequeñas o menos importantes se pondrán en las raíces más pequeñas y cortas, y las que consideremos mejores cualidades y más importantes valores, los que hayan servido para conseguir grandes metas, en las raíces más gruesas y largas.

En la copa del árbol y en cada uno de sus frutos, se colocan los logros; los más importantes y significativos en los frutos más grandes y jugosos y los menos relevantes en los más pequeños.

Una vez finalizado el trabajo de creatividad dibujando el árbol y de reflexión colocando el contenido de ambas listas, se procede reflexionar sobre las emociones experimentadas durante su elaboración. Así además se realiza un trabajo de identificación de emociones.

Este sencillo ejercicio es muy útil para reflexionar y recordar nuestras cualidades positivas y logros alcanzados.

Cuando nos hacemos conscientes de nuestros recursos y nuestro potencial, nuestra autoestima crece.

Una vez finalizado el árbol, podemos compartirlo con familiares o conocidos que nos ayuden a completarlo, a veces los demás ven en nosotros cosas que nosotros mismos no somos capaces de ver.

Es importante hacer un alto en el camino de la vida de vez en cuando, para recordar todo aquello de lo que sí hemos sido capaces de conseguir, para centrarnos en lo positivo, para darnos cuenta de nuestra capacidad, para darnos valor y amarnos.

Árbol de los logros: cualidades

En el árbol de los logros, las raíces del árbol representan las cualidades, virtudes y valores que alimentan a la persona. Esas características que los demás admiran en nosotros, esos valores que nos definen como personas únicas e irrepetibles. Cualidades tanto personales (bondad, paciencia), sociales (empatía, generosidad, solidaridad), intelectuales (buena memoria, capacidad analítica), o físicas (atractivo, fuerza).

Algunas veces nos olvidamos de todo lo bueno que tenemos, de eso que nos da identidad y nos caracteriza como personas. Otras veces ni siquiera somos conscientes de ello y son otras personas las que las pueden reconocer en nosotros.

Y tú, ¿en qué medida reconoces tus cualidades positivas y tus valores? ¿lo sabes? Si no es así, te invito a preguntar a las personas que te conocen mejor para que puedan ayudarte. Y recibe sus palabras como un regalo. Y piensa que te puede estar impidiendo ser tú mismo quien lo reconozca.

Qué pena que nos cueste tanto reconocerlas y que necesitemos que otras personas nos las recuerden.

Esos valores y cualidades hablan de nosotros, de nuestra identidad, de quienes somos y de lo que nos hace distintos al resto de las personas.

Las cualidades que definen a la persona, definen también su identidad, quién es la persona y qué la hace única e irrepetible.

Cuento metafórico, el árbol que no sabía quién era

Se trata de una fábula sobre la necesidad de conocernos a nosotros mismos, sobre la importancia de conocernos en profundidad para valorarnos y poder sacar el máximo partido de nuestras virtudes.

Un precioso cuento zen sobre el amor propio que puedes usar para mejorar la autoestima.

“Había una vez un jardín muy hermoso, repleto de árboles de todo tipo. Casi todos eran frutales: había frondosos manzanos con deliciosos frutos rojos, melocotoneros con dulces melocotones sonrosados, esbeltos perales repletos de peras y hasta naranjos y mandarinos de brillantes hojas con sus brillantes y coloridos frutos.

Todos los árboles eran felices, porque crecían fuertes y sanos y daban una gran cantidad de frutos. Bueno, todos, menos uno. Entre todos los frutales, había un árbol de tronco ancho y ramas muy frondosas que no daba ningún fruto. Era un árbol robusto en cuyas ramas los pájaros construían sus nidos o paraban a descansar a mitad de viaje.

Este árbol sin embargo estaba muy triste, porque veía a todos sus compañeros presumir de sus frutos y él, sin embargo, no sabía por qué no era capaz de dar ninguno. El resto de árboles intentaban ayudarle.

Un día, el manzano le dijo:

Amigo, tal vez solo necesites concentrarte. Piensa que eres un manzano como yo, a ver si así consigues frutos.

Pero el árbol, a pesar de sus esfuerzos, no consetutorial dar manzanas.

El mandarino le dijo entonces:

Pero el árbol, a pesar de sus esfuerzos, no consetutorial dar manzanas. El mandarino le dijo entonces: Prueba con las mandarinas, que son más pequeñas. Igual porque las manzanas son demasiado grandes.

Pero a pesar de todos sus esfuerzos, el árbol no consiguió dar mandarinas.

El pobre árbol intentó de todo: dar peras, melocotones… pero no podía.

Un día, un búho se posó en sus ramas y, como era un pájaro muy sabio, se dio cuenta del dolor del árbol, y le dijo:

Pero a pesar de todos sus esfuerzos, el árbol no consiguió dar mandarinas. El pobre árbol intentó de todo: dar peras, melocotones… pero no podía. Un día, un búho se posó en sus ramas y, como era un pájaro muy sabio, se dio cuenta del dolor del árbol, y le dijo: Dime, árbol, ¿por qué estás tan triste?

Oh, es porque no consigo dar frutos. Todos los demás son árboles llenos de color y yo, mírame… no doy absolutamente nada. ¿De qué sirvo entonces?

Yo creo- dijo el búho- que en realidad estás triste porque te pasas la vida intentando ser quien no eres.

¿Quién no soy?

Sí… tal vez solo tengas que escuchar tu voz interior.

¿Mi voz interior?

Todos tenemos una voz interior que nos habla, pero a veces estamos tan ocupados escuchando la voz de los demás, que no somos capaces de escucharla.

El búho se alejó volando, recordando al árbol su consejo:

El búho se alejó volando, recordando al árbol su consejo: Escucha tu voz interior…

El árbol se quedó pensativo y decidió guardar silencio y dejar de escuchar a los otros árboles. Entonces, consiguió oír un pensamiento que nacía de su interior:

El árbol se quedó pensativo y decidió guardar silencio y dejar de escuchar a los otros árboles. Entonces, consiguió oír un pensamiento que nacía de su interior: ¿Cómo quieres dar manzanas si no eres un manzano? ¿Y cómo quieres dar mandarinas si no eres un mandarino? Tú eres un roble, amigo, un inmenso y bello roble. Uno de los árboles más admirado por los hombres. Eres capaz de dar sombra cuando ellos lo necesitan, en los días de más calor, y eres refugio de las aves, un hogar para muchas ellas. Deberías sentirte orgulloso porque muchos árboles darían cualquier cosa por tener tu fortaleza.

El árbol de pronto se sintió mucho mejor. Al fin sabía quién era y cuál era su misión. Y por supuesto, nunca más intentó dar ninguna fruta.

¿El árbol de los logros es un buen ejercicio/dinámica para mejorar la autoestima?

El árbol de los logros es una dinámica que permite desarrollar la autoestima ya que nos hace conectar nuestros valores y cualidades, con todo lo que hemos conseguido en la vida, con los retos superados, con las metas alcanzadas. Esta dinámica me permite analizar la imagen que tengo de mí misma, también en percibir mi estado de ánimo y enfocarme en lo positivo.

Realizar el ejercicio, nos hace más conscientes de nuestros valores, de nuestras verdaderas motivaciones, de lo que nos impulsa a tomar las decisiones que tomamos. De esas cualidades positivas que nos definen, que nos hacen únicos, especiales, valiosos; de las tutorials que nos permiten tomar los caminos que elegimos en la vida.

Además, me permite recordar todas esas pequeñas o grandes “conquistas” que he realizado en mi vida.

Y cuando puedo apreciar con mayor claridad todas esas cosas y valorarme, mi autoestima crece, se desarrolla.

Cuando sé quién soy, cuando me conozco puedo confiar en mí, me siento segura de mí, conozco y confío en mis potenciales y asumo los retos que la vida me pone de frente con responsabilidad.

Durante la infancia y la adolescencia es cuando somos más flexibles y vulnerables, por lo que son etapas decisivas para fortalecer y desarrollar una sana autoestima. En estas edades, el árbol de los logros puede potenciar la autoestima personal al descubrir o recordar momentos p situaciones difíciles que fueron resueltas con éxito y las habilidades personales que jugaron un papel decisivo en su resolución.

El árbol de los logros en coaching

En una sesión de coaching el árbol de los logros, se puede utilizar esta dinámica para analizar la imagen que un cliente tiene sobre sí mismo y poner foco en la parte positiva.

La herramienta del árbol de los logros, permite identificar el estado de ánimo del cliente. Cuando identificamos un estado de ánimo bajo, el árbol de los logros va a permitir al cliente subir su estado de ánimo, sentirse más valorado, cualificado y capaz.

También resulta muy eficaz para acompañar al cliente a reflexionar e identificar los valores y cualidades prioritarios en su vida, en el momento actual. En la medida en que pueda conectar estos valores con el objetivo a alcanzar, contará con la motivación necesaria para iniciar el camino. Por lo tanto, podríamos decir que se trata de una herramienta tanto de autoconocimiento, ya que el cliente aprende sobre sí mismo, como de autorreconocimiento, ya que le ayuda a reconocer y dar valor sus cualidades y valores.

A su vez, el cliente puede recuperar recursos que utilizó anteriormente con éxito y utilizarlos en el momento actual de manera que le permitan dirigirse hacia sus metas.

Cuando sentimos que vivimos alineados con nuestros valores, no esperamos nada a cambio excepto nuestra propia satisfacción interna.

Cuando se realiza el árbol de los logros, el resultado es múltiple:

  • Se reflexiona sobre los propios logros y cualidades.
  • Se analiza la imagen propia y el autoconcepto.
  • Se fomenta el desarrollo de la autoestima.
  • Se potencia la identidad propia.

El árbol del autoestima: conclusiones

Comprender a los demás es sabio, comprenderse a uno mismo es estar iluminado. Lao-tsé

No resulta una tarea fácil reflexionar sobre nuestra vida para encontrar características positivas de uno mismo, esto nos cuesta. Habitualmente estamos más centrados en lo negativo que en lo positivo.

El árbol de la autoestima o de los logros, constituye una forma muy visual y fácil y económica para mejorar nuestra autoestima y sentirnos mejor con nosotros mismos por permitirnos reflexionar sobre los retos superados a lo largo de nuestra vida y nuestras mejores cualidades personales. Esto nos permite dar una pensada a cómo nos vemos o qué imagen tenemos de nosotros mismos.

Así, el árbol de los logros puede ser un símbolo de tu imagen, de tus competencias, habilidades y valores, algo que te recuerde cosas importantes que has logrado a lo largo de tu vida poniendo en valor esas cualidades que consideras prioritarias, de las que puedes sentirte orgulloso y que te generan satisfacción personal.

Puede ser una forma de tener más presente lo que sí hemos logrado y qué nos ha permitido alcanzarlo, en lugar de pensar en lo que todavía no hemos conseguido y todo lo que no nos complace de nosotros mismos. Una manera de “darle la vuelta a la tortilla” siendo conscientes de nuestros méritos sabiendo que todavía podemos y merecemos avanzar en la vida logrando nuevas metas porque no es algo nuevo y desconocido sino que es un trabajo que ya hemos realizado anteriormente.

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